En la Edad Media las mujeres tenían poco acceso a la música y la única salida para poder acceder al canto era a través de la religión. La mayoría de las religiosas en la Edad Media estaban relacionadas con el canto litúrgico, todas ellas eran cultas y de clase social elevada. Las novicias debían formase en las letras y en el canto. La cantrix era la responsable del repertorio, de los ensayos, del trabajo de los copistas, de gestionar la biblioteca y de supervisar la liturgia. Las monjas tenían la oportunidad de cantar, hacer arreglos e incluso componer la música para el servicio de Dios. Tenían que cantar dentro de los conventos porque era el único sitio donde se les reconocía. A continuación, con nuestro trabajo, os vamos a mostar algunas de las mujeres que consiguieron hacerse un hueco en la música.
KASSIA O SANTA CASIANA
Vivió en Constantinopla en el S. IX fue la primera compositora bizantina cuya música se conserva. Su fama ha eclipsado a otras compositoras del Imperio Romano de Oriente. Se le atribuyen unas cincuenta obras litúrgicas (solo veinticuatro son genuinas, el resto han sufrido retoques efectuados por músicos posteriores). Esta audición esta compuesta por Kassia y su nombre es "El himno de la mujer caída"
LAS CANONESAS
Las canonesas o canónigas surgieron a principios de la Edad Media encargándose del canto cotidiano de las horas canónicas y se distinguían de las monjas en que no hacían voto de pobreza. Ellas fundaron y sostuvieron durante siglos muchas instituciones en las que daban a las niñas y adolescentes una educación exquisita.
Hildegarda de Bingen en el siglo XII escribió no sólo lo que veía sino también lo que oía. Compuso setenta y siete cantos y un drama litúrgico musical. A continuación, podéis leer una de sus composiciones:
¡Padre de todas las cosas,
rey y emperador de los pueblos!
que nos formaste de la costilla de la primera madre,
que nos causó una gran caída en la aflicción.
Nosotras la seguimos al exilio por propia voluntad
uniéndonos a su dolor.
JAMILA "REINA DE LA CANCIÓN"
La cantante Jamila, del siglo VIII, fue aclamada como “Reina de la Canción”, y varios artistas musicales famosos solicitaron sus enseñanzas. Adoptó el estilo persa, lleno de ornamentos, y llegó a dominarlo de tal manera que se convirtió en su máxima representante.
Cuando había peregrinación a Medina los grandes maestros de la música solían enviar a sus esclavas a la escuela que Jamila fundó al conseguir su libertad.
Formó una orquesta femenina de cincuenta laúdes que la acompañaron a la Meca.
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